Crónica de Los Mojinos Escozíos (21/09/12, Granada)

Quince años son los que Los Mojinos Escozíos llevan dando guerra sobre las tablas, haciéndonos reír con una base claramente enraizada en el rockn’roll más clásico. El viernes 21 estuvieron en la Sala Tren recordándonos por qué son una de las bandas de rock satírico más reconocidas de nuestro país y demostrando que los directos son sin duda uno de sus puntos fuertes, donde despliegan todo su potencial en forma de profesionalidad musical y de buen humor, confluyendo ambas facetas en un show perfectamente estudiado y pensado para hacer disfrutar al público, tanto a los viejos seguidores como a los neófitos y curiosos interesados en la banda.

El concierto comenzaba poco después de lo programado y abrían su actuación con la canción “Que güeno que estoy”, dejando apreciar un sonido bastante bueno y el siempre presente carisma del grupo, con toda su parafernalia estética y buenas maneras sobre el escenario forjadas en más de quince años de experiencia. Pese al tono humorístico de la banda y la deriva más comercial de los últimos años la actitud de los componentes es intachable, los dos guitarristas Chicho y Vidalito son dos claros discípulos del rock y sus formas a la hora de tocar son inconfundiblemente heavys.

Un fenómeno que ha influido claramente en la evolución del grupo y en su popularidad ha sido la fama que ha adquirido El Sevilla en diferentes programas de televisión y radio en los últimos años, esto ha hecho que en los conciertos haya mayor afluencia si cabe y de un público más heterogéneo, desde heavys hasta personas a primera vista muy alejadas del mundo del rock. Pero realmente los directos no han cambiado mucho, siguen siendo igual de políticamente incorrectos y obscenos. Además, lejos de basar su repertorio en los últimos discos, siguen repasando toda su discografía con una nutrida selección de canciones antiguas. Me llevé una grata sorpresa cuando tocaron “El cura”, tema de su primer disco que versiona a su manera el clásico “Into the fire” de Deep Purple. También sonó la mítica “La cueva del eco”, “La pastilla de jabón”, “Las burbujitas” o “Federico”. Un set-list bastante bueno y completo, recordando muchos de sus clásicos y dejándose en el tintero solo algún tema que solía formar parte en su repertorio como “La copita”.

Como suele ser habitual en sus directos, combinan una selección de canciones bastante amplia con numerosos interludios de humor, que sirven a su vez para descansar y reponer fuerzas para una larga descarga musical. Entre estos parones se cuentan las salidas de su batería Puto, las intervenciones de Chicho, el ya famoso micrófono o la simple presentación de las canciones, que en numerosas ocasiones se alargaban entre chistes e interacciones con el público. Este particular concepto del directo hace que los conciertos de Los Mojinos Escozíos sean algo más que el puro espectáculo musical, convirtiéndose en un show en el que las intervenciones humorísticas cobran especial importancia.

Tras la primera salida del grupo, ya a altas horas de la noche, volvieron para tocar tres canciones más y despedirse definitivamente del público, repitiendo su particular versión del “Whatever you want” de Status Quo renombrada como “No vale pa ná” y que tocaron varias veces a lo largo de la noche, cerrando su actuación sobre las una de la madrugada. Rara vez decepciona un concierto de Los Mojinos Escozíos y esta por supuesto no fue la excepción, las tablas del grupo son patentes y su espectáculo está planeado al milímetro dejando poco a la improvisación, y cuando hay lugar para ella por supuesto no supone un problema teniendo en cuenta que el grupo cuenta con personajes tan carismáticos como El Sevilla o Zippy, capaces de capear cualquier situación siempre sacando la sonrisa al público. Pueden gustar más o menos pero una cosa está clara, son una banda con indudable talento y calidad musical, formada por auténticos melómanos, y que además saben ganarse al público como nadie.

El abandono de la música en Granada y la «pérdida de cerebros creativos»

Hace unos días leía en facebook una interesante reflexión de Alex Roca (batería de Humor Vítreo) acerca de la situación de la música en directo en la ciudad de Granada. No le falta razón en muchas de las cosas que plantea, en algunos matices discrepo y en otros creo necesario profundizar más, y quiero exponer aquí mi opinión. En los últimos tiempos hemos visto como en la ciudad de Granada (y en muchas otras) se ha ido mermando la vida musical debido a varios factores: la ordenanza cívica y su prohibición de música en la calle, el cierre de salas de conciertos como El Taller del Rock y ahora la Sala Who, las persecuciones a pubs musicales y que ofrecían espectáculos en directo, la crisis económica, etc. Todas estas cuestiones desembocan en un fin común: el deterioro de la vida cultural de la ciudad. Pero los culpables de la misma no están solo en una dirección, gran parte de la responsabilidad recae en el círculo político, pero también tienen su parte promotores, grupos, público, e incluso medios de comunicación. Ninguno nos libramos de nuestro pequeño cupo de culpa en esta situación, aunque está claro que unos son mucho más responsables que otros.

Alex se centra en las bandas emergentes y creo que hace bien, realmente son las grandes perjudicadas con este panorama, al fin y al cabo los que ya tienen cierto nombre forjado no se las ven y se las desean para no perder dinero organizando un bolo, y aunque la venta de música y asistencia a conciertos haya decrecido con la crisis para cualquier artista, son los músicos noveles los que se ven gravemente afectados por la situación, pues no cuentan con un potencial previo que les haga subsistir durante las vacas flacas, y muchos probablemente se queden en el camino por la imposibilidad de desarrollar su actividad sin constantes pérdidas económicas. Una rica escena musical emergente está abocada al abismo y es algo dramático. De igual forma que la fuga de cerebros nos hace perder grandes profesionales por no tener un tejido productivo que los acoja, lo que en términos políticos supone una gran inversión desaprovechada, cuando en una ciudad como Granada, que tradicionalmente ha contado con una espléndida vida cultural, se quiebran gran parte de sus estructuras de difusión de artistas se pierde una enorme cantidad de potenciales talentos, que sin posibilidades de sacar a la luz sus creaciones se quedan mudos frente al público, perdiendo no solo su oportunidad personal de expresarse artísticamente, sino también la de hacer más grande a una ciudad mágica, rebosante de vida, a la que poco a poco están callando.

Como ya hemos mencionado esta chapuza cultural que se vive en multitud de ciudades españolas está gestada en gran parte por la desastrosa gestión política a la que parece importarle bien poco la cultura cotidiana, no les interesa mirar más allá de un gran festival anual de X o Y en el que hacerse la foto y con el que sacar pecho, pero así no sobrevive culturalmente una ciudad, así no se saca partido a la multitud de almas creativas expectantes de oportunidades. En el texto al que hago referencia se apuntan muchas soluciones que comparto: Pequeñas salas asequibles para artistas noveles, como en su día lo era El Taller del Rock, concursos, pubs con música en directo, o la resurrección de la música en la calle, que tan hermoso hace el paseo por una ciudad de la belleza de Granada. Pero mientras tanto el infame botellódromo es lo que promociona el Ayuntamiento, y la Fiesta de la Primavera es uno de los reclamos principales de Granada para los jóvenes, donde se convierte la ciudad en una procesión de zombis alcoholizados atraídos por la propaganda de la borrachera, en lugar de aprovechar dicha festividad organizando eventos culturales. Mientras esto sea lo que sigue pasando en Granada semana tras semana la vida musical de la ciudad seguirá estando en un plano secundario.

Botellódromo en la fiesta de la Primavera

Pero también tendremos que acatar los demás nuestra porción de culpablidad. Dada la situación de crisis quizás las salas deberían ajustar sus precios para dar oportunidades a la escena emergente, o simplemente ofrecer atractivos servicios puntuales para dar vida a un circuito local que no tiene nada fácil dar a conocer su música. El público es otra de las partes fundamentales del problema, y entiendo la menor afluencia a los conciertos, hay una situación económica nefasta y entre las necesidades primarias no está la música en directo, pero en nuestra mano está decidir si dejamos perecer a los nuevos talentos o les echamos una mano. Está claro que cada uno acude a lo que puede o a lo que le gusta, pero no estaría de más reflexionar en que por unas pocas monedas podemos dar la oportunidad a que bandas noveles se financien sus actuaciones y salgan adelante, no todo son grandes conciertos y bandas de fuera, en la misma Granada hay grandes grupos de todos los estilos ansiosos por tocar. Ya hubo una época dorada del metal en esta ciudad y han salido bandas muy reconocidas, hoy sigue habiendo chavales veinteañeros que hacen las cosas muy bien y a los que quizás no estamos prestando la atención que merecen, con el apoyo necesario ellos serán los Canker o los Azrael del mañana, pero sin público al otro lado del escenario acabarán disolviéndose, dejando la música o dedicándose a otros menesteres, se convertirán en polvo.

Sin embargo quedarnos aquí lamentándonos por lo mal que estamos y echando pestes de todo creo que no es positivo, y sobre todo no es honesto ni cierto. Valoro muchísimo las iniciativas que se hacen al margen de todo lo dicho y no creo para nada que sean en vano. Ahí está Granada en Off en respuesta a todo lo citado anteriormente, luchando por que que no se le ponga la mordaza a la música en la ciudad. Y en el ámbito del heavy metal hago una mención especial al trabajo incansable que se hace desde la asociación Metalmancho, en la que he tenido el gusto de ser miembro durante años y en la que sé de primera mano que todo se hace de la mejor manera posible, siempre pensando en las bandas noveles, ofreciéndoles el mejor trato y condiciones para que se den a conocer. En los conciertos organizados por este club han pasado montones de grupos de la provincia, de diversos estilos dentro del metal y contando siempre con una nutrida afluencia de público. Con ideas como estas se colabora intesamente en fortalecer una escena que desde otros ámbitos se empeñan en destruir. Desde luego la vida cultural de una ciudad no puede mantenerse en primera línea solo con la actividad de asociaciones, pero son un excelente medio para recordar el patrimonio que tenemos y que si no lo apoyamos corremos un serio riesgo de producir una preocupante «pérdida de cerebros creativos».

Público del festival de Granada en Off. Foto: Antonio Casas

Crónica de Los Suaves (07/09/12, Zaidín Rock)

Como viene siendo tradición en los últimos años, en este 2012 no faltaron los impedimentos y trabas por parte del Ayuntamiento de Granada a la puesta en marcha del Zaidín Rock. Hasta el último día hubo problemas, tanto que el festival tuvo que llevarse a cabo sin las licencias pertinentes. Afortunadamente no hubo problemas en este aspecto y los conciertos se desarrollaron con normalidad. Uno de los cabezas de cartel del festival eran los míticos ourensanos Los Suaves, que pisaban Granada año y medio después de su última visita a La Copera. Con bastante expectación como suele ser costumbre, ya que los más de treinta años que llevan a sus espaldas no les hacen mella, sino más bien todo lo contrario, se congregó en el Zaidín gran parte del público rockero granadino, haciendo del recinto un auténtico hervidero de caras conocidas.

Charli y Yosi con Carromato. Foto: Fran Ortiz

Poco después de la hora programada, la una menos cuarto de la noche, comenzaba a sonar la intro que daba el pistoletazo de salida a la descarga de Yosi y los suyos. Enlazaban el sample con uno de sus clásicos inmortales derrochando energía desde el primer segundo con «No puedo dejar el rock», ¿qué mejor manera de empezar el concierto que con semejante declaración de intenciones? todos los grupos clásicos deberían abrir sus directos con temas antiguos y tan míticos como este, enganchando a los presentes desde el primer acorde y volviéndolos locos. Una vez cautivados los seguidores de siempre de la banda con un clásico de este calibre ya si era el momento de seguir sin tregua con un tema del último disco, pero no por eso de peor calidad, ni mucho menos, de hecho me parece una de las mejores canciones de los gallegos en sus últimos tiempos, la potentísima y emotiva «Cuando los sueños se van» que por desgracia tan al pelo nos viene en estos días negros.

Durante el recital las primeras filas en las que me encontraba eran un punto de encuentro de fanáticos de la banda desgañitándose cantando palabra por palabra las profundas letras del carismático Yosi, esas canciones que hablan de historias tan desoladoras pero que con tanta alegría y emoción sentimos sus seguidores, y es que hasta las palabras más bonitas en la boca de Yosi suenan a perdición. Qué paradójico es que una letra tan amarga como la de «Maldita sea mi suerte» sea coreada de pe a pa por el público con una sonrisa de oreja a oreja, mientras amigos y desconocidos se abrazan, sintiendo lo que solo un fan de Los Suaves sabe sentir cuando escucha sus canciones, esa mezcla de desolación y alegría por saberse comprendido. Pero no solo disfrutábamos abajo, sobre las tablas especialmente los hermanos Domínguez mantienen esa sonrisa perenne que demuestra que sus treinta años de directos más que un trabajo son un rito de unión con sus fans.

Yosi. Foto: Fran Ortiz

Impecable set-list para mi gusto pero que tras hablarlo con otros asistentes pareció no contentar a todos por igual. Bien es cierto que faltaron himnos como «Si pudiera» o «Preparados para el rockn’roll», pero que incluyeran temas como «Pardao», «Dile siempre que no estoy», «San Francisco Express», y especialmente mi canción favorita «Viajando al fin de la noche» personalmente me dejó muy satisfecho. Por supuesto también cayeron temas muy esperados como «Dulce castigo», «El afilaldor» o posiblemente su canción más conocida «Dolores se llamaba Lola», cantada a viva voz por los asistentes. Excepcional también la labor de la banda como ya es costumbre, el magnífico dúo de guitarra entre dos grandes de la talla de Alberto Cereijo y Fernando Calvo (que tocó sentado debido al percance que tuvo recientemente en un concierto), junto a la depurada técnica de Tino Mojón a las baquetas y los ya citados hermanos Domínguez forman una máquina de directo perfectamente engrasada. No faltaron tampoco las excentricidades presumiblemente etílicas de Yosi que ya conocemos los que los hemos catado en directo, con escaladas por los postes y lanzamiento de cámara de fotos incluídos.

Acercándonos al fin de la noche, valga la redundancia, los gallegos se despidieron con la idónea «Ya nos vamos», en la que Yosi sacó una bandera andaluza y otra gallega, cruzándolas en símbolo de hermanamiento, esas cosas típicas pero que siempre animan al público, que al menos donde yo me encontraba ya estaba sobradamente animado desde el principio del concierto. Así abandonaba el escenario una de las perlas del rock patrio ochentero que sobrevive muy dignamente, mientras sonaba «Dios es Suave». Algunos comentaron que no vieron especialmente bien al grupo esa noche y también escuché algunas quejas sobre el repertorio, pero personalmente no comparto ninguna de las dos opiniones, los disfruté tanto como el año anterior en La Copera. Tanto por el magnífico concierto que dieron como por la excelente compañía de los amigos que me rodeaban la noche del 7 de Septiembre fue una de esas noches mágicas en las que el gato demostró que sigue vivo, ¡y tan vivo!.

Crónica de Snagora tributo a Sangre Azul (01/09/12, Sillas Rock)

Hemos tenido que esperar muchos meses para poder volver a ver por fin al combo malagueño sobre las tablas. Parece ser que vuelven a las andadas e incluso planean una próxima gira, y para su vuelta a los escenarios tras muchos meses de parón decidieron hacer un concierto tributo a una de las grandes bandas de hard rock de nuestro país, los míticos Sangre Azul. Toda una sorpresa la elección de este homenaje, aun a sabiendas de que son seguidores de los madrileños no me los esperaba haciéndoles un tributo, me hubiera inclinado a pensar en algún grupo más enfocado al heavy, pero desde luego fue una grata sorpresa y allí nos plantamos para verlos.

El Sillas Rock registraba una entrada bastante decente, muchos de los congregados amigos de la banda y otros tantos seguidores que ya llevábamos tiempo con muchas ganas de catar de nuevo a Snagora en directo. Abrieron la noche con «Abre fuego», idónea para arrancar la velada con fuerza, y fueron descargando canciones de los tres álbumes de Sangre Azul, desde «Obsesión» hasta «Cien años de amor», pasando por clásicos como «Si tú te vas», «Piel de serpiente», o «Síguelo». La banda muy entregada y demostrando su calidad, con dos grandes guitarristas que se repartían los solos de Carlos Raya. Tenía dudas sobre lo que harían con los teclados que en ocasiones incorporaban Sangre Azul en sus discos, pero se las apañaron bastante bien a veces ejecutando esas partes con bajo o guitarra con unos arreglos bastante dignos.

La tónica general del concierto fue bastante buena, pero sinceramente los veo un poco faltos de rodaje, algo totalmente comprensible tras el largo parón de la banda. Nunca han sido un grupo frío sobre las tablas y quizás por eso tengo unas expectativas muy altas en cuanto a su directo, por lo que los vi un poco oxidados. Por supuesto esto es algo que tiene fácil arreglo, meterse de lleno en la carretera y volver a coger el ritmo que bajo mi opinión los convirtió en una de las bandas de heavy metal con mejor directo del sur del país. Por otra parte creo que el tributo no les hace justicia como grupo, siempre que los he visto con temas propios han estado mucho más cómodos y sueltos, por ejemplo a su genial vocalista Francis lo vi forzado en algunas ocasiones, cosa que con sus temas propios no ocurre, pues los defiende con un registro muy personal que lo hace desenvolverse en el escenario con una naturalidad que durante el tributo alguna vez eché de menos.

Snagora. Foto: Alejando Márquez

Con un repertorio bastante bueno de los madrileños cerraron la primera parte del concierto, me hubiera gustado haber escuchado alguna otra canción pero cada cual tiene sus preferencias y en general el set-list estuvo muy bien escogido. No obstante me hubiera encantado escuchar «Nacido para ganar» o que se marcaran un punto tocando la gloriosa instrumental «Alejandría» que cierra el «Cuerpo a cuerpo». Daban por terminada esta primera parte y las sensaciones del público eran bastante buenas. Tras un pequeño descanso se volvían a subir al escenario para desplegar ahora sí unos pocos temas de su repertorio propio. Empezaban con dos temas nuevos, «De sangre y de miedo» que trata sobre el maltrato a la mujer y «Piel de fuego» dedicada a los indígenas americanos, dejando claro con ambos cañones que el compromiso social es una de las máximas de Snagora. Siguieron con uno de los mejores temas de su maqueta, la fantástica «Mísero camino», puestos a tocar temas propios (que no esperaba escuchar esa noche) hubiera estado genial que dejaran caer «Al amanecer», ¡espero que no la eliminen de su repertorio!. Tras esto se acercaba el momento de despedirse y lo hicieron volviendo a Sangre Azul con una de sus preciosas baladas, «No puedo estar sin tí» y algunos temas más del tributo. Buena forma de poner el cierre a una gran noche de hard rock y heavy metal.

Una gran alegría saber que Snagora vuelven a ponerse manos a la obra, ya que aunque nunca lo llegaran a dejar, este largo descanso nos ha dejado a los seguidores de la banda largo tiempo sin poder disfrutarlos como hubiéramos querido. Ahora tienen la oportunidad de volver a las andadas, de recorrer mundo y tocar mucho, ya sea con este merecido tributo a uno de los grandes del rock nacional o desplegando la calidad de su propio trabajo, que se encuentra a un nivel muy alto. Que no decaiga la cosa.

El crudo panorama mediático

Parece que últimamente no corren muy buenos tiempos para el mundo de la comunicación. Hace solo unos días nos llegaban dos importantes noticias, la cancelación del exitoso programa de Radio 3 Carne Cruda y el ERE que se va a llevar a cabo en el periódico Granada Hoy. La verdad es que no es raro dar con casos de este tipo últimamente, y aunque cada uno es un mundo y de hecho los anteriormente planteados responden a situaciones muy diferentes, todos forman parte de un mismo problema, que en definitiva es el desgaste del periodismo y del mundo de la comunicación. Cada pequeño medio independiente, programa, magazine o similar que se cierra es una voz más que se apaga haciendo más tenue la luz del pensamiento crítico. Cuando los únicos medios que permanecen inamovibles y cada vez más fuertes son los pertenecientes a los grupos periodísticos dominantes cuyos intereses suelen moverse en la misma dirección, nuestras fronteras mentales se hacen  poco a poco más grandes sin que apenas nos demos cuenta, se siguen sacrificando medios independientes y el camino hacia el pensamiento único es cada vez más directo y los desvíos menos frecuentes.

Los medios de comunicación son un canal clave para transmitir los valores que construyen un sistema social determinado, y como no podía ser de otra manera en un sistema capitalista salvaje en el que todo se compra y se vende, los grupos de poder han elaborado los mecanismos necesarios para que los grandes grupos de comunicación puedan ser controlados por grandes empresas con unos intereses comerciales determinados. Dichos intereses serán sin duda satisfechos mediante el inimaginable poder que los mass media tienen, moldeando la opinión pública al antojo de quienes gestionan los mastodontes comunicativos. El caso de Carne cruda, aunque pertenezca a los medios públicos no es ajeno a este esquema, era un programa que molestaba, que incitaba a un pensamiento diferente.

Javier Gallego, presentador de Carne Cruda

Precisamente ayer veía un documental que trata sobre la manipulación informativa realizado por Tres y un perro. Su nombre es Cuarto Poder y nos habla de las cuestiones que cito más arriba, de cuáles son esos grupos periodísticos en España, de quiénes los manejan y de qué intereses persiguen. ¿Qué estrategias utilizan los mass media para dirigirnos al pensamiento único sin que ni siquiera nos lo planteemos? ¿desde cuándo funcionan los medios de comunicación como puros propagandistas? ¿existe realmente la libertad de expresión?, estas son algunas de las cuestiones que se responden en este documental por profesores e intelectuales de la talla de Carlos Fernández Liria o Juan Carlos Monedero. Un ejemplo que ocupa buena parte del documental es el caso de Venezuela y Hugo Chávez, se muestra la manipulación de los mass media españoles sobre la situación venezolana y la imagen del presidente, del que se ha presentado una caricatura moldeada según los intereses de los grupos económicos que controlan los medios de nuestro país. Particularmente no me declaro partidario ni contrario de la gestión de Chávez y de su figura política, si he de declararme como algo es como no suficientemente conocedor del caso para posicionarme al respecto, pero eso no es lo relevante, lo que realmente importa son los mecanismos que se utilizan para dirigir nuestro pensamiento, el fondo político es meramente anecdótico.

Y todo esto pasa en la llamada sociedad de la información, es paradójico que cuando más capacitados tecnológicamente estamos para acceder a una ingente cantidad de información a nivel global, a nivel práctico no haya cambiado mucho el funcionamiento de la opinión pública, que sigue siendo generada y moldeada por la acción de los mass media. Sin embargo hay alternativas que pueden hacer frente al pensamiento único, existe la tecnología capaz de modificar la información, y esa es la grandeza de esta sociedad digital imparable y de furioso dinamismo, en la que el conocimiento es un patrimonio global y accesible. Frente a los gigantes mediáticos que aplastan los pensamientos divergentes pueden surgir y de hecho surgen espacios críticos en la gran red, que si bien no contarán con el sustento económico ni la difusión de los grandes medios tradicionales, pueden contar con el apoyo de los internautas a través de todo el planeta de manera inmediata, que al fin y al cabo son los que construyen este nuevo modelo de sociedad. Pero no olvidemos que los grupos de poder lucharán por adaptarse a este nuevo medio en caso de que ponga en riesgo el actual status quo mediático, al igual que lo hicieron en su día para poder controlar a los grupos de comunicación. Por ello es fundamental alimentar las conciencias críticas y no desistir en el intento, pues si hoy echan el candado a los espacios divergentes como Carne Cruda, debemos crear nuevas plataformas que combatan al mastodonte mediático, y si en un futuro éste vuelve a amenazar la libertad de expresión, será necesario continuar la lucha infinita contra la manipulación en un nuevo escenario.