Quince años son los que Los Mojinos Escozíos llevan dando guerra sobre las tablas, haciéndonos reír con una base claramente enraizada en el rockn’roll más clásico. El viernes 21 estuvieron en la Sala Tren recordándonos por qué son una de las bandas de rock satírico más reconocidas de nuestro país y demostrando que los directos son sin duda uno de sus puntos fuertes, donde despliegan todo su potencial en forma de profesionalidad musical y de buen humor, confluyendo ambas facetas en un show perfectamente estudiado y pensado para hacer disfrutar al público, tanto a los viejos seguidores como a los neófitos y curiosos interesados en la banda.
El concierto comenzaba poco después de lo programado y abrían su actuación con la canción “Que güeno que estoy”, dejando apreciar un sonido bastante bueno y el siempre presente carisma del grupo, con toda su parafernalia estética y buenas maneras sobre el escenario forjadas en más de quince años de experiencia. Pese al tono humorístico de la banda y la deriva más comercial de los últimos años la actitud de los componentes es intachable, los dos guitarristas Chicho y Vidalito son dos claros discípulos del rock y sus formas a la hora de tocar son inconfundiblemente heavys.
Un fenómeno que ha influido claramente en la evolución del grupo y en su popularidad ha sido la fama que ha adquirido El Sevilla en diferentes programas de televisión y radio en los últimos años, esto ha hecho que en los conciertos haya mayor afluencia si cabe y de un público más heterogéneo, desde heavys hasta personas a primera vista muy alejadas del mundo del rock. Pero realmente los directos no han cambiado mucho, siguen siendo igual de políticamente incorrectos y obscenos. Además, lejos de basar su repertorio en los últimos discos, siguen repasando toda su discografía con una nutrida selección de canciones antiguas. Me llevé una grata sorpresa cuando tocaron “El cura”, tema de su primer disco que versiona a su manera el clásico “Into the fire” de Deep Purple. También sonó la mítica “La cueva del eco”, “La pastilla de jabón”, “Las burbujitas” o “Federico”. Un set-list bastante bueno y completo, recordando muchos de sus clásicos y dejándose en el tintero solo algún tema que solía formar parte en su repertorio como “La copita”.
Como suele ser habitual en sus directos, combinan una selección de canciones bastante amplia con numerosos interludios de humor, que sirven a su vez para descansar y reponer fuerzas para una larga descarga musical. Entre estos parones se cuentan las salidas de su batería Puto, las intervenciones de Chicho, el ya famoso micrófono o la simple presentación de las canciones, que en numerosas ocasiones se alargaban entre chistes e interacciones con el público. Este particular concepto del directo hace que los conciertos de Los Mojinos Escozíos sean algo más que el puro espectáculo musical, convirtiéndose en un show en el que las intervenciones humorísticas cobran especial importancia.
Tras la primera salida del grupo, ya a altas horas de la noche, volvieron para tocar tres canciones más y despedirse definitivamente del público, repitiendo su particular versión del “Whatever you want” de Status Quo renombrada como “No vale pa ná” y que tocaron varias veces a lo largo de la noche, cerrando su actuación sobre las una de la madrugada. Rara vez decepciona un concierto de Los Mojinos Escozíos y esta por supuesto no fue la excepción, las tablas del grupo son patentes y su espectáculo está planeado al milímetro dejando poco a la improvisación, y cuando hay lugar para ella por supuesto no supone un problema teniendo en cuenta que el grupo cuenta con personajes tan carismáticos como El Sevilla o Zippy, capaces de capear cualquier situación siempre sacando la sonrisa al público. Pueden gustar más o menos pero una cosa está clara, son una banda con indudable talento y calidad musical, formada por auténticos melómanos, y que además saben ganarse al público como nadie.